sábado, 15 de septiembre de 2012



Tu ahora...
tu historia...
tu porvenir congelado en tus ojos
y en tus timidas manos,
tu triste mirar que se empeña en 
apurar el transito pesado de mi vida,
paralela  a la muerte de las luciernagas.


El despertar en la intranquilidad de la soledad;
sofocada por alcanzar su proxima victima,
sin saber que ella misma esta atrapada
dentro de la oscura rutina marcada en todas las vidas.

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